Ayer el Presidente García dio un paso más en su carrera de atropellos al Municipio de Lima. Quizá lo hizo “sin percatarse” de su real impacto o, quien sabe, para tratar de calmar con un gesto popular la avalancha de protestas sociales. El anuncio del lanzamiento del programa Mi Taxi representa, en la práctica, una puerta más para incrementar el desorden y la inseguridad en el tránsito citadino. Una nueva pesadilla. Lima es una metrópoli que cuenta, según estimados oficiales, con cerca de 210,000 autos prestando el servicio de taxi [1] . Tiene el índice de taxis por habitante más alto de la región y de muchas otras capitales del mundo [2] . Esta superoferta de taxis se explica por la ausencia de un sistema moderno, integral y eficiente de transporte público masivo en el que, con demora, el Municipio de Lima está trabajando. Se explica también por el fracaso del primer gobierno aprista en dotar a Lima del servicio del tren urbano. Y, por supuesto, por la poca flexibilidad e incapacidad d...