Una nueva pesadilla
Ayer el Presidente García dio un paso más en su carrera de atropellos al Municipio de Lima. Quizá lo hizo “sin percatarse” de su real impacto o, quien sabe, para tratar de calmar con un gesto popular la avalancha de protestas sociales.
El anuncio del lanzamiento del programa Mi Taxi representa, en la práctica, una puerta más para incrementar el desorden y la inseguridad en el tránsito citadino. Una nueva pesadilla. Lima es una metrópoli que cuenta, según estimados oficiales, con cerca de 210,000 autos prestando el servicio de taxi[1]. Tiene el índice de taxis por habitante más alto de la región y de muchas otras capitales del mundo[2].
Esta superoferta de taxis se explica por la ausencia de un sistema moderno, integral y eficiente de transporte público masivo en el que, con demora, el Municipio de Lima está trabajando. Se explica también por el fracaso del primer gobierno aprista en dotar a Lima del servicio del tren urbano. Y, por supuesto, por la poca flexibilidad e incapacidad del mercado laboral de incorporar la enorme presión por trabajo de hombres y mujeres de la ciudad.
El MML no tiene hoy la capacidad institucional –ni la voluntad política- para regular y fiscalizar estos servicios de transporte. Tiró la toalla con la reencarnación de los “colectivos”[3] y renunció a su obligación de regularizar el variado y multicolor servicio de taxi. Hoy cualquier vehículo circula prestando el servicio que el usuario demande, a precios ridículos, con enorme ineficiencia, congestión general, contaminación e inseguridad. No están organizados en empresas serias sino que han imitado el perverso esquema de empresas afiliadoras heredado de combis y microbuses. Muchos de ellos no cuentan con seguros ni licencias adecuadas que son condición indispensable para prestar el servicio.
Con el anunciado programa la jungla de ineficiencia y los niveles de peligrosidad pueden multiplicarse. Me explico:
1) No se exige formalización empresarial real; basta con acreditar que el interesado es taxista (increíble no?);
2) No es un plan maestro coordinado y articulado al plan integral de ordenamiento y racionalización del transporte público que Lima necesita a gritos;
3) No se exige fórmula de chatarreo (acceso a facilidades si cumples con eliminar el auto viejo);
4) No se ha hecho un estudio de demanda del servicio; se trata sólo de una veta de negocio para un fabricante de autos y una oportunidad de colocación para Cofide y la Caja Municipal de Lima;
5) Implícitamente, al vender un tipo de auto, se está estableciendo un estándar que podría no calzar con las normas aprobadas que regulan el servicio;
6) Se induce al comprador a aumentar su recorrido[4] pues el sistema de pago es en función al consumo de combustible (GNV);
7) Se elude rediseñar el servicio y se posterga, una vez más, introducir el sistema de taxímetro para mejorar y ordenar su operación.
Pero lo más grave es que la medida nos muestra a todos los ciudadanos, una vez más, la ausencia de políticas de Estado concordadas e inteligentes. Nos muestra al Estado contra el Estado. Al gobierno nacional imponiendo una estrategia en un ámbito municipal metropolitano. Descubre al gobierno metropolitano con los brazos caídos en esta asignatura pendiente. Consolida la improvisación y el desorden (falta de reglas de cumplimiento general) en nuestra ciudad que seguirá viviendo como en la peor pesadilla.
Rafael García M.
12.07.07
(Publicado en diario Perú 21)
[1] El Sr. Chirinos, jefe del nuevo programa gubernamental, sostiene que son 250,000 de los cuales más de 50,000 serían los famosos e inseguros Tico.
[2] El Cidatt calcula este índice en 27/1000 para Lima cuando en México DF es 12/1000, en Buenos Aires 11.5/1000, en Santiago 7.9/1000, en Madrid 3.4/1000 y en Barcelona 3.3/1000.
[3] Cifras estimadas por el Municipio dan cuenta de la existencia de 6,500 colectivos circulando sin autorización en la gran Lima.
[4] El Sr. Chirinos, promotor de Mi Taxi, explicó en una radio local “que los taxistas de Chosica (sic) estaban contentos pues ellos recorren, en promedio, el doble que un taxista de Lima”. Se refería a que el promedio de los chosicanos es de 400 Km. diarios lo que, muy probablemente indicaría que se trata de servicio de colectivo camuflado en taxi.
El anuncio del lanzamiento del programa Mi Taxi representa, en la práctica, una puerta más para incrementar el desorden y la inseguridad en el tránsito citadino. Una nueva pesadilla. Lima es una metrópoli que cuenta, según estimados oficiales, con cerca de 210,000 autos prestando el servicio de taxi[1]. Tiene el índice de taxis por habitante más alto de la región y de muchas otras capitales del mundo[2].
Esta superoferta de taxis se explica por la ausencia de un sistema moderno, integral y eficiente de transporte público masivo en el que, con demora, el Municipio de Lima está trabajando. Se explica también por el fracaso del primer gobierno aprista en dotar a Lima del servicio del tren urbano. Y, por supuesto, por la poca flexibilidad e incapacidad del mercado laboral de incorporar la enorme presión por trabajo de hombres y mujeres de la ciudad.
El MML no tiene hoy la capacidad institucional –ni la voluntad política- para regular y fiscalizar estos servicios de transporte. Tiró la toalla con la reencarnación de los “colectivos”[3] y renunció a su obligación de regularizar el variado y multicolor servicio de taxi. Hoy cualquier vehículo circula prestando el servicio que el usuario demande, a precios ridículos, con enorme ineficiencia, congestión general, contaminación e inseguridad. No están organizados en empresas serias sino que han imitado el perverso esquema de empresas afiliadoras heredado de combis y microbuses. Muchos de ellos no cuentan con seguros ni licencias adecuadas que son condición indispensable para prestar el servicio.
Con el anunciado programa la jungla de ineficiencia y los niveles de peligrosidad pueden multiplicarse. Me explico:
1) No se exige formalización empresarial real; basta con acreditar que el interesado es taxista (increíble no?);
2) No es un plan maestro coordinado y articulado al plan integral de ordenamiento y racionalización del transporte público que Lima necesita a gritos;
3) No se exige fórmula de chatarreo (acceso a facilidades si cumples con eliminar el auto viejo);
4) No se ha hecho un estudio de demanda del servicio; se trata sólo de una veta de negocio para un fabricante de autos y una oportunidad de colocación para Cofide y la Caja Municipal de Lima;
5) Implícitamente, al vender un tipo de auto, se está estableciendo un estándar que podría no calzar con las normas aprobadas que regulan el servicio;
6) Se induce al comprador a aumentar su recorrido[4] pues el sistema de pago es en función al consumo de combustible (GNV);
7) Se elude rediseñar el servicio y se posterga, una vez más, introducir el sistema de taxímetro para mejorar y ordenar su operación.
Pero lo más grave es que la medida nos muestra a todos los ciudadanos, una vez más, la ausencia de políticas de Estado concordadas e inteligentes. Nos muestra al Estado contra el Estado. Al gobierno nacional imponiendo una estrategia en un ámbito municipal metropolitano. Descubre al gobierno metropolitano con los brazos caídos en esta asignatura pendiente. Consolida la improvisación y el desorden (falta de reglas de cumplimiento general) en nuestra ciudad que seguirá viviendo como en la peor pesadilla.
Rafael García M.
12.07.07
(Publicado en diario Perú 21)
[1] El Sr. Chirinos, jefe del nuevo programa gubernamental, sostiene que son 250,000 de los cuales más de 50,000 serían los famosos e inseguros Tico.
[2] El Cidatt calcula este índice en 27/1000 para Lima cuando en México DF es 12/1000, en Buenos Aires 11.5/1000, en Santiago 7.9/1000, en Madrid 3.4/1000 y en Barcelona 3.3/1000.
[3] Cifras estimadas por el Municipio dan cuenta de la existencia de 6,500 colectivos circulando sin autorización en la gran Lima.
[4] El Sr. Chirinos, promotor de Mi Taxi, explicó en una radio local “que los taxistas de Chosica (sic) estaban contentos pues ellos recorren, en promedio, el doble que un taxista de Lima”. Se refería a que el promedio de los chosicanos es de 400 Km. diarios lo que, muy probablemente indicaría que se trata de servicio de colectivo camuflado en taxi.
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