El Metropolitano no es un cuco

Los habitantes de Lima, luego de larga espera, estamos probando las ventajas y las diferencias del nuevo sistema de transporte público, troncal alimentado y masivo, que discurre por pistas exclusivas, con paraderos amplios y seguros, con buses nuevos, limpios y silenciosos y un cúmulo de comodidades adicionales. Sin embargo, han ocurrido incidentes que apuntan peligrosa e injustamente a convertirlo en un “cuco”, en un objeto de críticas despiadadas, muchas veces desproporcionadas e injustas.
No podemos darnos el lujo de convertir este nuevo servicio en el blanco de nuestras insatisfacciones urbanas. Eso podría equivaler a hacernos un harakiri. El Metropolitano es una gran oportunidad para iniciar la transformación positiva de nuestro transporte público, lo es también para romper la inercia local que nos acostumbró a creer que no somos capaces de cambiar y, lo es por supuesto, como herramienta de transformación de nuestra cultura ciudadana en el uso de la ciudad y el espacio público.
Para eso es indispensable que:

a) La Municipalidad de Lima (MML) concluya la implementación completa del sistema Norte Sur desde Naranjal a Matellini lo antes posible y, junto con ello, despliegue una contundente campaña de difusión y educación ciudadana para el correcto uso de cruceros, el respeto de señales y semáforos y, las precauciones de choferes y transeúntes frente a la lógica de operación preferencial de los carriles exclusivos.
b) Que la MML complemente con señalización adicional y abundante aquellas zonas del corredor que presentan gran congestión de transeúntes y, mejor, se instalen cámaras que capten las incidencias que involucran inconductas ciudadanas y vehiculares en el uso de las vías reservadas. Que se ejecuten todos los correctivos técnicos que sean necesarios para la seguridad de los ciudadanos.
c) Que la Policía Nacional se compre el pleito y deje de ser un espectador poco activo en esta transformación. Para El Metropolitano la semaforización compleja es crucial y no es aceptable que las “instituciones” policiales se contradigan y se interpongan a estos artefactos. Los mimos colaboran pero no pueden sustituir a nuestra policía.
d) Que los medios de prensa contribuyan a la toma de conciencia ciudadana acerca de la importancia de llevar a cabo, todos y todas, los pequeños pero indispensables cambios culturales que modifiquen la conducta comunitaria en el uso adecuado de la calle.
e) Que se sumen voluntades y capacidades para introducir en el reglamento de infracciones de tránsito y uso de la vía las modificaciones necesarias que incluya significativas multas para quien o quienes infrinjan las normas que le otorgan exclusividad a los carriles por los que transcurre el Metropolitano (y por los que correrán los futuros sistemas similares). Es imprescindible también modificar el protocolo policial que se aplica en caso de incidentes en corredores segregados pues resulta poco práctico y anacrónico que se paralice el corredor y que se traslade el bus a la comisaría!
La participación ciudadana es el factor clave para el desarrollo de nuestra ciudad. Los ciudadanos y usuarios somos parte de la solución y tenemos el deber de participar en convertir al Metropolitano en el sistema de transporte público que todos necesitamos.

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