Reflexiones Aduaneras
El aporte de la
Aduana al bienestar y prosperidad de un país
Hace ya mucho tiempo que las Aduanas del mundo
dejaron de ser clásicos entes recaudadores de impuestos vinculados al comercio
de entrada y salida de los países. En gran medida el enorme e indetenible
desarrollo del comercio mundial se debe a que, como ciudadanos del mundo, hemos
acordado que la mejor garantía de bienestar y desarrollo es poder contar con la
mayor diversidad de bienes y servicios a los mejores precios posibles y disponibles
para el mayor número de ciudadanos.
En el Perú, como no podía ser de otra manera,
ocurre lo mismo. Desde hace varias décadas nos comprometimos a disminuir la
carga arancelaria y avanzamos en esa perspectiva. Un claro ejemplo son los múltiples
Tratados Comerciales vigentes en la actualidad. Hoy nuestro arancel promedio
total es cercano al 1% del valor y muchas partidas no pagan ningún arancel. En
consecuencia, el foco de la Aduana giró hacia estrategias de seguridad de la
cadena de suministros y hacia un firme compromiso de facilitación del comercio.
Por supuesto sin descuidar la importante contribución en materia de recaudación
pues las operaciones de importación explican en el Perú más del 40% del total
del IGV anual. La Aduana se enfoca hoy en la transformación integral de los
procesos de despacho de mercancías y en afinar los instrumentos tecnológicos y
humanos que garanticen la eficacia del control en las fronteras.
En este camino se han efectuado múltiples
cambios legales y reglamentarios[1]
que simplifican y agilizan los procesos aduaneros de despacho virtualizando la mayoría de las transacciones. Atrás van
quedando los expedientes físicos llenos de documentos, sellos y firmas. Estampas
del recuerdo son las colas y las ventanillas de atención congestionadas en las
principales aduanas operativas como la Marítima o a la Aérea y Postal. Pero,
valgan verdades, no se trata de un asunto exclusivamente asociado a la
administración aduanera. Este proceso es un compromiso del Estado para con el
comercio exterior que, por si fuera poco, explica casi la mitad de nuestro Producto
Bruto Interno.
¿En qué consiste este compromiso? En primer
lugar intenta trabajar, de la mano con el sector privado -usuarios de comercio
exterior- y los operadores de infraestructura esencial para las operaciones
logísticas de embarque, desembarque, traslado y almacenamiento de mercancías,
un modelo inteligente, sostenible, cooperativo y transparente de operaciones de
todos los servicios y transacciones que son necesarias para garantizar el
adecuado flujo de mercancías tanto de ingreso como de salida de nuestro país. En
segundo lugar, brindar las seguridades que este flujo incesante requiere para
hacer de nuestro intercambio un comercio seguro y confiable tanto para los
mercados de recepción como para nuestros consumidores en el mercado interno.
Para lograr estos estándares de servicio y ser
competitivos en nuestro Comercio Exterior es , en esta hora tan difícil de
nuestra historia, indispensable superar los estragos y ralentización de la
economía provocada por la crisis sanitaria del Covid 19 y las medidas de
restricción impuestas durante el último cuatrimestre. El camino será cuesta
arriba pero el “nuevo amanecer” nos coge mejor preparados: trámites
simplificados, virtuales y con garantía de transparencia en la Aduana y gran
parte de la administración pública vinculada; avances significativos en operación
virtual y mayor transparencia en los costos logísticos en buena parte de los
agentes privados intervinientes; compromiso de cierre progresivo de la brecha
de infraestructura pública necesaria para la correcta operación logística y,
finalmente, modernización y ampliación de los servicios portuarios y
aeroportuarios del Callao[2].
Esto último urge pues ahora que las operaciones han disminuido relativamente es
quizá el mejor momento para construir sin obstaculizar las faenas cotidianas
del comercio exterior.
Para decirlo en corto entonces, la Aduana
facilita el comercio exterior, contribuye con la recaudación, dirige la
operación fronteriza y asegura que los consumidores reciban a tiempo los
productos de calidad que demandan. Es un actor crucial que, sin aspavientos ni exhibicionismo,
trabaja con la certidumbre de su historia que ya acumula más de 240 años de
servicio ininterrumpido al país.
Rafael García Melgar
Ex Superintendente de Aduanas
4 de julio 2020
[2] El Callao aún
concentra cerca del 80% del total de operaciones de comercio exterior lo que no
desmerece las importantes ampliaciones en los puertos de Paita, Pisco y
Matarani ni el proyecto en curso en el puerto de Salaverry.