Los habitantes de Lima, luego de larga espera, estamos probando las ventajas y las diferencias del nuevo sistema de transporte público, troncal alimentado y masivo, que discurre por pistas exclusivas, con paraderos amplios y seguros, con buses nuevos, limpios y silenciosos y un cúmulo de comodidades adicionales. Sin embargo, han ocurrido incidentes que apuntan peligrosa e injustamente a convertirlo en un “cuco”, en un objeto de críticas despiadadas, muchas veces desproporcionadas e injustas. No podemos darnos el lujo de convertir este nuevo servicio en el blanco de nuestras insatisfacciones urbanas. Eso podría equivaler a hacernos un harakiri. El Metropolitano es una gran oportunidad para iniciar la transformación positiva de nuestro transporte público, lo es también para romper la inercia local que nos acostumbró a creer que no somos capaces de cambiar y, lo es por supuesto, como herramienta de transformación de nuestra cultura ciudadana en el uso de la ciudad y el espacio público. P...